jueves, 18 de diciembre de 2008

Hola...

Me llamo Leo. Y si no hubiera sido lo que soy, habría sido piloto. O actor de teatro. O director de cine. O fotógrafo. O matemático. O físico teórico. O teólogo comparativo. O asesino a sueldo. O barman. O escritor. O bajista en una banda de rock. O corresponsal de guerra. O espía. O monje jesuita. O vaquero. O...

Si pienso en todas las cosas que me llaman la atención la lista es larguísima y tomaría demasiado espacio enlistarlas, y demasiado esfuerzo tratar de recordarlas. Algunas de ellas requieren mucha preparación y otras sólo talento. Algunas se pueden hacer sólo por pasatiempo y otras necesariamente requieren hacer de ellas una profesión. Es una lástima que el tiempo de vida promedio sea tan breve, que tengas que decidirte sólo por unas cuantas (a veces una sola) entre tan amplio espectro de posibilidades.

El caso es que terminé escogiendo ser un informáticoempresarioconsultordesistemas o algo así. Y me encanta, estoy convencido de que tengo el mejor trabajo del mundo. Ok, debo reconocerlo, el segundo mejor trabajo del mundo, el mejor lo tienen los fotógrafos de Playboy.

Sin embargo, hay que hacer lo posible por sacarse tantas espinitas. Hago teatro de aficionados muy de vez en cuando, hago fotos cuando tengo un par de días libres, y mi plan de retiro es poner un bar y escribir mis memorias (4 cosas que podré tachar de la lista ¡Bien!)

Y así es cómo llegamos a éste blog. Porque otra cosa que siempre quise ser fue cuentacuentos. Y dado que no puedo andar de pueblo en pueblo reuniendo gente en las plazas, como lo haría un bardo común y corriente -exceso de trabajo, falta de tiempo-, se me ocurrió que podía aprovechar éste medio. De todos modos, paso 12 hrs al dia pegado a la computadora y conectado a internet.

Por tanto aquí podrás leer: cuentos, aventuras, anécdotas, leyendas, historias y demás. Mucho de lo que te narraré serán cosas que realmente pasaron -a mí o a otros-. Pero muchísimo más será pura ficción, así que no lo tomes demasiado en serio. Finalmente es labor de buen cuentacuentos adornar sus historias lo mejor que pueda para hacerlas más atractivas ¿no crees?